miércoles, 8 de agosto de 2012

08-08-12 ¿¡Y el Café Noir!?

Nos despedimos del Doaine de Quéven, esta vez sin incidentes bizarros, y nos despedimos de Lorient. Destino: Malestroit (pronúnciese [maletguá]).

Pueblecito con sus casas de entramado, agradable para un paseo y a la que el carácter principal se lo daba el precioso paseo a las afueras bordeando el canal de Brest a Nantes.

Hey, pero si es el famoso canguro gaitero. Que digo yo, siendo esto una casa medieval medieval y no siendo descubierta Australia hasta un porrón de siglos después, ¿qué pinta este canguro tocando la gaita?. Estanlocosestosbretones.





Dado el carácter eminentemente deportivo de nuestro viaje de este año, evitamos cualquier contacto con la naturaleza o con la posibilidad de realizar una vía verde. Pero apuntamos los datos, a ver si en una transmutación futura nos decidimos por cambiar nuestro mood.

En estas, ya estamos notando en nuestros cerebros la llamada del Café Noir de Rennes, aquel que nos acogió en sus pechos nuestro primer día en Bretaña.

Llegamos a Rennes, nos acomodamos en nuestro más que acogedor hotel en la mismísima plaza de la Gare, volvemos la esquina y ¡zas! , en toda la boca.

Nuestro plan de moules, pizza, Affligem y Juegos Olímpicos se desbarata por unas oportunas obras de remodelación del Café.
Estimados señores dueños del Café Noir: ¿no piensan que quizá unas obras de remodelación de un local como el suyo, situado a 50 metros de la estación de tren, lugar de tránsito sin fin para los turistas que quieren acercarse al centro, no piensan digo ¡¡que sería mejor hacerlas en noviembre o en febrero que en pleno agosto!!. Se ve que no. Bretaña, país de payasos y bombardas.

Afortunadamente, a pocos metros el Café Sourcuff consiguió un efecto parecido, aunque algo atenuado debido al impenitente calor y la bordez de los camareros.

Este último será tratado con profusión en la siguiente entrada de este blog, dedicada a la educación del francés medio.

El resto de la tarde fue paseíto por el centro, abarrotadas las terrazas de jóvenes y jóvenas, dado que los 44 grados de Madrid, en Rennes se convierten en unos más que agradables 25.

Mejillones en una moulerie tongo, cervecita, más paseo y pa casa.

LAs vistas de la Place de la Gare desde nuestro floreado balconcillo



 Uno se plantea por qué en tantas ciudades bretonas hay plantificado un tiovivo en la plaza. De nuevo tenemos que acudir al paréntesis étnico-demográfico para salir de dudas. Familia bretona que va al tiovivo unida, permanece estable. Y Bretaña otra cosa no, pero estable lo es un rato.

Esta teoría aún tenemos que aquilatarla más con hechos ciertos mediante descubrimientos con cámara oculta o algo, pero sospechamos que en Bretaña, a los niños los meten en edificios como este así como a los 5 años y no los dejan salir hasta bien pasados los 13. A ellos, en todo caso no los dejan salir hasta que alcanzan un parecido con Benzema suficiente. Y ellas, sólo pueden salir si han aprobado el examen final de clavel reventón.
Esta es nuestra teoría, basada en el hecho que por la calle sólo ves niños pequeñitos, Benzemas o claveles reventones. Pero busca tú chavales/as de 10-11 años. Que no existen, se lo decimos P. y un servidor. Aquí que los deben de tener encerrados.

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