sábado, 4 de agosto de 2012

04-08 Monsieur Poubelle y los microondas

Tras huir momentáneamente de las bombardas, pasamos a tomar posesión de nuestros aposentos en Quéven (a 300 metros de la giratoire de Kerroc'h como todo el mundo sabe).


 
Debo decir que la entrada fue pelín tensa, con P. y un servidor a piques de quemar o derruir el apartamento tras comprobar que no nos habían dejado ningún útil de limpieza ni pàs de toallas.

Afortunadamente, el SAMUR lorientino acudió presto cuando presioné mi botón rojo gordo que siempre llevo colgado para casos de extrema urgencia y nos proveyeron con las pastillas de Toleramina correspondientes que lograrons reconvenirnos en nuestra actitud y convencernos de que fuéramos a buscar las cosas a recepción.

Monsieur Poubelle, quien ya se hizo famoso en el check-out del año pasado gracias a su exquisita educación y formas, se cruza varias veces acarreando microondas con un carrito y por ello descubrimos que es porque los alquilan a razón de 15€ semanales.

El Domaine de Quéven pasa a denominarse Domaine des Cutres.

Dedicamos la siguiente media hora, en recepción, único sitio dotado de conexión inalámbrica, a introducir la sencilla clave del wifi de 637 caracteres alfanuméricos y tras frustrados intentos de ver algo de los Juegos Olímpicos por la defenestrable web de la televisión francesa, desistimos aburridos de asistir a pruebas de tiro de pichón, petanca, lanzamiento de crèpe y otros deportes en los que los franceses se ve que destacan. Del resto de deportes, sin noticias.

Lo mejor es pirarse a Lorient. ¡¡¡Síiiii!!

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